Cuando la muerte
toque tu nuca con sus dedos helados
y con su rancio aliento te llame por tu nombre…
No te gires, no la escuches, solo avanza.
Porque quiere sumergirte en el abismo de la desolación.
Huye de su trampa,
de la tentadora oferta.
Camina y escapa.
No es tu amiga La Parca.
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